La Madre Tierra
Nos enseña por medio de las estaciones que la vida nunca da marcha atrás y que debe haber un tiempo para todo: un tiempo para sembrar, otro para recoger, otro para descansar y otro para encontrarse consigo mismo. Nos enseña que no debemos quedarnos en una misma situación toda la vida, que las cosas son cambiante y que ese cambio es el dinamismo de la vida.
En la “QUINTA ESTACIÓN”, el mimo comienza a representarnos con un personaje gris atrapado en la rutina cotidiana de cualquier Ciudadano, pero luego la fuerza de los colores del mundo, logran colarse a través de “LA PRIMAVERA”. La espiritualidad de las flores llevan al mimo a disfrutar del “VERANO” y éste con la alegría del sol lo lleva a la estación “OTOÑO” que le dice “debes prepararte para un tiempo en el cual recogerte, meditar y darle gracias a la vida”, algunos le llaman INVIERNO, otros estación “NAVIDAD”.
De estación en estación, el público compartirá con el mimo una serie de sensaciones conocidas y sorprendentes.
Verán en el escenario como se ve también en la vida cuando se tienen los ojos abiertos del corazón, los cambios mágicos de las escenografías, vestuarios, utilerías, efectos especiales como nieve, burbujas, niebla, efectos sonoros, apariciones mágicas de flores y otros elementos. Además, el acompañamiento permanente de música selecta; moderna, clásica y de Navidad, como preparación para la ejecución final de un ritual colectivo; armada del árbol con el público, aprovechando el tema de la Navidad que hace posible el encuentro de todos, terminando con una gran fiesta que alegrará y fortalecerá nuestros corazones para evitar caer de nuevo en la estación gris de la “RUTINA”.
